19 de septiembre de 2010

El itinerario de una foto en la red

Cuando subimos una foto en redes sociales como Facebook o Twiter, o en cualquier sitio alojado en la red, debemos tener en cuenta que esa foto ya no nos pertenece y que es imposible borrarla de la red. 
Con el paso del tiempo puede volver a nosotros transformada en otra imagen que ni siquiera podemos imaginar al instante de subirla.
Un ejemplo muy ilustrativo es el caso de  un bebe estadounidense llamado Sthepen, cuyo padre, Allen Rout , había publicado en Internet sus fotografías en el año 2000, sin saber que luego se convertiría en un fenómeno en Japón y en diversos videos alojados en Youtube.

Realizando una búsqueda en Google, el padre encontró  la fotografía de Stephen. Sólo que no era exactamente la misma fotografía.
El bebé estaba rodeado de globitos de historietas escritas en idioma japonés: "¡No me digan bebé!", decían. "Díganme Sr. Bebé!" Y aparecían otras imágenes que habían sufrido más transformaciones: en una, Stephen tiene un copete; en otra, una cabeza repleta de serpientes. Su rostro fue colocado por encima de la cabeza de Kurt Cobain, tallado en el Monte Rushmore y tatuado en el torso de David Beckham. Era un personaje de un videojuego de ocho bits. Se transformó en una escultura tridimensional.

En otras palabras, la imagen del hijo de Rout se había convertido en un "meme" en Internet: una idea, una imagen, un slogan o un video que se propaga como si fuera un virus y muta a través de nuevas versiones creadas por aficionados hasta adoptar formas inesperadas. Con frecuencia, los memes giran en torno a una broma interna (por ejemplo, una captura de pantalla de un casi desconocido videojuego) pero también se hacen bromas relacionadas con el material fuente.









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